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3 de julio de 2011

VOLADOR EXTERIOR

Siguiendo con los comentarios dejados en el foro de AECA, en el cual a veces participo, me da pie a colgar aquí en el blog, lo referente a los voladores con sus ventajas e inconvenientes dependiendo del diseño.

A mí, por mi gusto personal me encantaría un volador monumental, 18 x 2,5 m. Pero debo de retenerme, ¿porque?, pues porque a pesar que eso sería lo ideal para los agapornis, yo no los podría disfrutar y prácticamente ni verlos, ya no digamos cazarlos, si me pongo en una punta de ese volador, los agapornis se irán a la otra, y si me voy a la otra ellos se vendrán a la primera, siempre estarían lejos de mí, así y todo no dejo de darle vueltas al asunto.

El volador en principio debe de ser practico, combinar lo mejor para el agaporni (cuanto más grande mejor), con la comodidad tuya a la hora de observarlos y manipularlos, para mí la medida ideal es, que desde el centro del volador, se pueda “cazar” a los agapornis, prácticamente sin moverte.

En mi opinión, la medida ideal sería 2,5 x 1,5 máximo en cualquier caso, los nidos si se tiene intención de criar en ellos, mejor colocarlos por fuera, para poderlos examinar sin molestar al resto del grupo. Hay que organizarlo para poder suminiestrarles la comida y el agua sin prácticamente entrar. Después de probar infinidad de bebederos automáticos, ya hace años llegue a la conclusión que para el volador, lo mejor y más practico es lo más sencillo, bebedero exterior de tubo, los hay hasta ½ litro, suficiente, para un par de días para un volador con 25-30 agapornis, si por circunstancias debes ausentarte un día más, se le ponen dos y todo arreglado, son fáciles de limpiar.

Automatismos en el agua y comida en los voladores, NO gracias.

Como se sobreentiende que unos voladores de Agapornis, no las vas a poner en una comunidad de propietarios, generalmente están en casas aisladas, en jardines, o directamente en una casa de campo, entonces hay que asegurarse y evitar SI o SI, tengan acceso los mosquitos, ratoncitos, salamandras, etc. tan comunes en el campo y jardines, una simple mosquitera superpuesta a la malla, evita los mosquitos, algo tan sencillo y que a veces veo no se hace. Con los ratones, a esos hay que ponerles algo más que una simple mosquitera,( ya que se la comen, aunque sea de aluminio) con la típica malla electro soldada de pequeño agujero es suficiente para frenarlos, esa malla evita tengan acceso a la mosquitera. De dentro a fuera en los voladores de jardín, lo ideal es barrotes volador, mosquitera + malla electo soldada, de esa que se vende a rollos en cualquier ferretería.

Si los voladores tienen una parte cubierta y otra más abierta para que puedan tomar baños de sol, eso ya entra en el apartado de lujo asiático, además el sol como se sabe, es absolutamente imprescindible para la buena salud de cualquier ser vivo. Estos detalles tan sencillos y que caen por su propio peso, hay quien aún no los sigue, una simple e inofensiva salamandra, paseándose sobre una jaula, puede malograrte una puesta de canarios, a veces abandonan los nidos, y nadie sabe el porqué, la mayoría de las veces, son los bichitos, que molestan.

Con los “BICHOS”, de todo tipo, mejor pasarse que no llegar…

Una desagradable “experiencia” con los ratones, de hace ya más de tres décadas, merece un apartado especial. Desde ese día, guerra a muerte contra los ratones. ¡Malditos roedores…!

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