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11 de junio de 2011

Reflexiones metafísicas sobre los agujeros negros de la cría del Agaporni roseicolli...



Pasar de la foto de arriba, a la de abajo, en un año, me parece fantástico.



Una de las mayores satisfacciones que me produce la cría, de agapornis, canarios color etc. Es conseguir sujetos diferentes de fenotipo al de sus progenitores. Me explico, si me gusta el opal hay dos opciones, comprar una parejita de opales y listo, ya tienes opales. La otra opción es fabricarlo, ¿como?. Acudiendo a algún aviario serio, -hay muchos-, y hacerte con una pareja, seleccionando el fenotipo, color, tamaño, forma, etc. y que genéticamente sea portador del factor que realmente interesa.

Rechazo de plano lo de probable portador que ofrecen algunos criadores, puedes perder un año o dos sin nada mas que pedir o reclamar. Criar con la intención de buscar un opal turquesa, es mucho mas emocionante, -para mi- a partir de un turquesa portador de opal x una hembra turquesa, de cuyo cruce ya en primera generación puedes obtener con un mínimo de suerte, opales turquesas hembras. La emoción de esperar y mirar nidos con la esperanza de descubrir lo que buscas, es única, una incertidumbre apasionante.

El siguiente paso es el cruce de hija pura x padre portador, y ya en segunda generación puedes disponer de una cepa importante donde poder seleccionar. Básico y fundamental, como digo, elegir aviarios con prestigio, mejor verdaderos “amateurs” y entusiastas -en este caso de los agapornis-, que necesariamente deben de vender sus excedentes, ya que la opción de hacer los sobrantes a la parilla la desecho de plano…

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